“De una Parte al Todo y del Todo a una Parte”, “Igualdad Experiencial” y “Empatía entre materiales”. Estos son los conceptos, cuya aplicación, permite al Rivismo redefinir; sentimientos, emociones y otro tipo de reacciones propias de las personas, y asignarlas a; objetos, dispositivos o elementos materiales. De esta forma, la creación de Rostros Materiales, permite dotar a estos elementos sin alma, de una Máscara Experiencial como vía para canalizar sus sentimientos.
Cuando llegué, todo eran latidos de color. La pantalla principal parpadeaba. Sus píxeles burbujeaban, y entre empujoncitos -como crías que buscan el alimento en su madre-, trataban de no perder su territorio, ni su color. Sus esfuerzos caían en saco roto, porque las variaciones en la pantalla, se debían a reacciones externas y ellos no comprendían semejante perturbación.
En las pantallas del laboratorio, iban apareciendo imágenes en distintos estados emotivos y dependiendo de su grado de positividad, la pantalla principal, reaccionaba reorganizando sus píxeles y cambiando la paleta de colores.
Al aparecer la cara sonriente de un payaso, -regocijo general en la camada-, el colorido se hizo más vivo, y con mucha más energía. Y cuando le tocó el turno a una tapa de refresco que tenía trazada la comisura de una boca en estado de sonrisa, también varió la gama de colores acercándose a la provocada por el artífice del humor. Imágenes reales, en vídeo o en fotogramas, positivas o negativas, independientemente de que fueran seres vivos o meros objetos, hacían reaccionar a aquella pantalla, que como mero notario, certificaba sus estados de ánimo.
Estos efectos, testados a través de seres vivos, -preferentemente personas-, y procesados por tecnología específica, nos hacen suponer que las personas sometidas al ensayo, empatizan ante imágenes de seres vivos, o ante; objetos, dispositivos, materiales,…etc.
Elementos, que llevan incorporadas sus experiencias, su aspecto, su desgaste mecánico y físico, y el registro de historias vividas paralelamente en compañía de personas. Parámetros que encajan dentro de la Filosofía y Conceptos del Rivismo.
Ahora, sólo queda aplicar algunos de estos conceptos; “De una Parte al Todo”, para llegar a transformar cualquiera de estos elemento o parte de ellos, en un rostro. Y “Del Todo a una Parte”, para crear los ojos, -u otras partes-, que también representen el mismo todo.
Rostro con características que recuerdan al humano. Pero tanto, sus experiencias e historias vividas, como sus sentimientos y empatía, se manifiestan en forma de energía sin masa. Una energía que no es visible pero que está presente allí en donde se encuentren estos elementos.
Las Pinceladas Experienciales –que captan un instante de estos elementos-, se encargan de transportar esta energía al lienzo durante el proceso de creación de la obra.
El aspecto de estos rostros, induce a pensar en máscaras y disfraces. Objetos que, -en su momento-, jugaron un papel esencial en el mundo anónimo, en el que las divisiones de clases parecen desaparecer, donde por arte de magia todos se vuelven iguales, donde todo, lúdica y no tan lúdicamente, está permitido. Sin embargo, en los Rostros de la Materia, las máscaras y los disfraces diluyen su origen, sus materiales se hacen transparentes, y tanto, que se confunden con la energía sin masa, -invisible-, que es la que portan estos rostros. Esta suma energética, potencia más; los rasgos, características, experiencias e historias vividas por sus materiales.
Un nuevo concepto aflora al conectar el zoom a las costumbres venecianas. En primer plano; una máscara, pero muy específica. Definida según el párrafo anterior, y dando lugar a un nuevo concepto del Rivismo; Máscara Experiencial.
Paseando por algunas de sus obras; Rostros de la Materia, El Grito del Huevo, Rostros Experienciales,...entre otras, se observan las pinceladas experienciales cargadas de información, misterio, curiosidad,…, que invitan a la reflexión. Máscaras energéticas sin masa, que tratan de proteger el entorno de sensibilidad material que portan estos elementos, Y aunque lo reitere, son elementos que han vivido historias y que han sido testigos mudos de lo que les ha ocurrido a ellos mismos, y a las personas que coincidían en su espacio y tiempo.
Expresiones empáticas entre materiales, e incluso intra-empáticas, como sucede en la obra El Grito del Huevo, en donde, el propio rostro en estado de terror por la situación que vive, trasfiere empáticamente a sus ojos la misma expresión, hasta tal extremo de convertirlos en el rostro mismo. Una parte de él, -un ojo-, se pone en el lugar del otro, se clona. El Todo y una Parte suya, transformada también en el mismo Todo, coinciden en el mismo escenario. En la misma composición. Empatía entre partes del mismo elemento. Intra-empatía experiencial.
Rostros, que se convierten en el soporte visual para que el contenido de las Pinceladas Experienciales, transmitan y diseminen las sensibilidades materiales al espacio-Arte. Rostros N-Dimensionales que se convertirán en soportes visuales del pasado, del presente y del futuro, en cuanto sea posible viajar a través de los Agujeros Negros.
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