Los artistas fueron seleccionados, por los comisarios del premio, Salvatore y Francesco Saverio Russo, entre los mejores artistas internacionales y contemporáneos.
Para conocer la importancia de los personajes que llevan el nombre de este prestigioso premio, sus organizadores han dado la siguiente información:
“Raffaello Sanzio,
una de las figuras más importantes de nuestro Renacimiento, que murió el 6 de
abril de 1520 a los 37 años en una noche salvaje como estrella del rock, se ha
consolidado como una auténtica leyenda en la historia del arte. En poco más de
veinticinco años de actividad profesional ha pintado famosas Madonnas con el
Niño Jesús, retratos de Papas, cardenales y señores, y frescos conocidos y
admirados en todo el mundo. Raffaello es hijo de Giovanni Santi, pintor de
Urbino que trabajó con la familia Montefeltro. En su taller se “hizo útil”
desde muy joven antes de comenzar su período de formación real con Pietro
Vannucci, conocido como el Perugino. Raffaello se trasladó a Roma a finales de
1508. Mientras recibía encargos de varios mecenas, estuvo bajo el ala
protectora de Julio II, quien en 1509 le confió a Raffaello solo la tarea de
terminar los frescos en sus famosas habitaciones privadas. De hecho, el artista
consigue "dejar de lado" a todo el equipo de pintores - formado por
Perugino, Sodoma, Bramantino, Lorenzo Lotto, Johannes Ruysch - inicialmente
convocados por Julio II para pintar los apartamentos. Sanzio se ha consolidado
ahora como el artista más buscado y querido de la ciudad, bien pagado y con una
gran cantidad de colaboradores a su servicio.
Antonio Canova
siempre ha tenido una relación especial con la ciudad de Venecia. Tanto es así
que su monumento funerario se encuentra en el pasillo izquierdo de la Basílica
dei Frari de Venecia. El más grande de los maestros del neoclasicismo, Antonio
Canova, originario de la ciudad de Possagno, trabajando para una multitud
ilimitada de encargos, salpicó la ciudad de Venecia con muchos pequeños tesoros
hoy guardados entre iglesias y museos muy famosos, pero también en lugares
menos conocidos y lugares anónimos en comparación con los destinos turísticos
tradicionales. Encontramos sus obras en: Gallerie dell'Accademia, obras
relacionadas con la mitología (Busto de Helena, Creugante y el París), retratos
de aristócratas (Cabeza de Napoleón y Retrato de Letizia Ramolino Bonaparte) y
espiritualidad (moldes de yeso de las metopas de la Templo de Possagno, la
Piedad y cuatro estelas funerarias). Merecen especial atención "Los
luchadores", obra que Canova realizó en su juventud sobre el modelo de una
escultura romana, los Leones del Monumento Fúnebre a Clemente XIII y la
Cátedra, con retrato adjunto del Decano de la Academia Leopoldo Cicognara. Sus
otras obras importantes se encuentran en el Claustro de la Iglesia de Santo
Stefano, en el Museo Correr, en el Palacio Treves de Bonfili, en el Museo de
Historia Naval, Arsenale y en la Basílica de Santa Maria Gloriosa dei Frari”.
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