Crítica Profesional de Arte por la Comisaria y Editora de Arte Contemporáneo Marta
Puig
(Contemporary Art Curator Magazine)
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Ramón Rivas
Ramón Rivas
destaca en el ámbito del arte contemporáneo, presentando una visión creativa
que encarna una profunda profundidad filosófica, expresada a través de un rico
tapiz de elementos visuales. Nacido en los evocadores paisajes de Ciudad Real,
en el corazón de las tierras del Quijote, y formado por una ecléctica
trayectoria profesional que abarca la ingeniería, la gestión deportiva y el
diseño gráfico, Rivas desarrolla su arte sobre una base de experiencia diversa,
que se refleja claramente en su arte.
El estilo de Rivas, conocido como «Rivismo»,
utiliza un método distintivo que él denomina «Pinceladas Experienciales», que
confiere a sus obras una densidad textural y conceptual. Este enfoque no sólo
sirve como lienzo de expresión, sino que también involucra activamente al
espectador, invitándole a recorrer la narrativa visual que construye, convirtiéndole
de mero espectador en participante. Esta interacción transformadora es
fundamental para entender su obra, ya que refleja una profunda intención no
sólo de representar, sino también de implicar y evocar.
Al analizar las obras de Rivas, uno no puede
dejar de sorprenderse por la innovadora aplicación de técnicas mixtas,
testimonio de su formación en ingeniería técnica y diseño gráfico. Sus obras
son de gran tamaño, exigen la plena participación del observador y le
recompensan con un viaje a través de intrincados paisajes de imaginación y
realidad. Las combinaciones de elementos y formas, vívidas y a menudo
surrealistas, están meticulosamente equilibradas, logrando una armonía visual
casi sinfónica.
Su carrera, rica en experiencias
profesionales variadas, desde la gestión de grandes eventos como la Copa Davis
hasta funciones en publicidad y diseño, alimenta su arte con una mezcla única
de precisión y creatividad. Estos elementos se manifiestan vívidamente en sus
obras de arte, donde la precisión técnica y la creatividad salvaje encuentran
su nexo de unión. Cada obra es un universo en sí mismo, cargado de símbolos y
abierto a innumerables interpretaciones.
En el panorama del arte contemporáneo, la
obra de Ramón Rivas es indispensable por su audaz desafío a los límites
convencionales entre tecnología, naturaleza e interacción humana. Su obra no se
limita a ser contemplada, sino que se experimenta, se reflexiona sobre ella e
incluso se cuestiona. Esta cualidad experiencial le distingue en un mundo en el
que los medios digitales y tradicionales a menudo chocan sin integrarse.
El uso que Rivas hace de los elementos
simbólicos -a menudo extraídos de la ciencia, la mitología y las preguntas
existenciales modernas- crea un diálogo con el espectador que es a la vez
íntimo y expansivo. La inclusión de motivos científicos, como las cadenas de
ADN y las ecuaciones de Einstein, tiende un puente entre lo empírico y lo existencial,
e incita a la contemplación de nuestro lugar en el amplio tapiz del universo.
Los fundamentos filosóficos de la obra de
Rivas son tan convincentes como esenciales. Rivas indaga en la interacción
entre la percepción humana y la realidad material, explorando cómo el arte
puede alterar nuestra comprensión del mundo. Esta exploración está impregnada
de una aguda conciencia del potencial del arte para transformar y trascender la
experiencia ordinaria, lo que convierte su obra no sólo en un reflejo de la
creatividad personal, sino también en un comentario sobre la condición humana
colectiva.
Sus logros artísticos le han valido el
reconocimiento internacional, y sus obras se han expuesto en todos los
continentes, desde Europa hasta Asia y Norteamérica. Museos y colecciones
privadas de España, Dinamarca y Corea del Sur han considerado sus obras
merecedoras de inclusión permanente, lo que le convierte en un artista de gran
relevancia e influencia.
El arte de Rivas, descrito a menudo como un
festín visual, logra una rara proeza: es a la vez intelectualmente riguroso y
profundamente emotivo. Su capacidad para tejer complejas narrativas a través de
los medios visuales, para desafiar y deleitar los sentidos simultáneamente, le
sitúa como una fuerza revolucionaria en el arte contemporáneo. Su obra no se
limita a captar la mirada del espectador, sino que atrapa su imaginación y
desafía sus percepciones, lo que le convierte en una figura vital en el
discurso del arte moderno.
Ramón Rivas no se limita a crear arte; crea
un marco para entender cómo el arte interactúa con la perspectiva del
espectador y la transforma. Su obra, caracterizada por un profundo compromiso
tanto con el medio como con el mensaje, redefine el panorama del arte
contemporáneo. Rivas no es sólo un participante en el mundo del arte, sino una
figura fundamental cuyas innovaciones siguen influyendo e inspirando. Sus
contribuciones no sólo se ven, sino que se sienten, dejando una huella duradera
en el lienzo del arte contemporáneo.
Ramón Rivas no se limita a crear arte; crea
un marco para entender cómo el arte interactúa con la perspectiva del
espectador y la transforma. Su obra, caracterizada por un profundo compromiso
tanto con el medio como con el mensaje, redefine el panorama del arte contemporáneo.
Rivas no es sólo un participante en el mundo del arte, sino una figura
fundamental cuyas innovaciones siguen influyendo e inspirando. Sus
contribuciones no sólo se ven, sino que se sienten, dejando una huella duradera
en el lienzo del arte contemporáneo.
El mundo del arte contemporáneo es un vasto y
cambiante mosaico de creatividad, en el que sólo unos pocos artistas consiguen
hacerse un hueco distintivo. Ramón Rivas, un artista visionario, es sin duda
una de esas figuras. Con una formación ecléctica que abarca la ingeniería, el
deporte, la música y las artes visuales, Rivas ha creado una marca indeleble en
la escena del arte contemporáneo a través de su revolucionario estilo, el
Rivismo. Este movimiento artístico único encierra una filosofía innovadora que
desafía las percepciones, sumerge al espectador en experiencias
multisensoriales y amplía los límites de la expresión estética.
En el corazón de la obra de Rivas se
encuentra el concepto de «pinceladas
experienciales», un enfoque innovador que infunde a los elementos
materiales aspectos, funciones y valores humanísticos. Esta técnica tiende un
puente entre lo tangible y lo metafísico, transformando objetos y materiales
cotidianos en visiones evocadoras y multidimensionales. Sus obras, meticulosamente
elaboradas con técnicas mixtas, invitan al espectador a deambular por espacios
visuales amplios y transitables donde la realidad y la imaginación se
entrelazan a la perfección.
La filosofía de Rivas es a la vez profunda y
accesible, e invita al espectador a embarcarse en un viaje participativo a
través de su arte. La naturaleza experiencial de su obra anima a los
observadores a convertirse en co-creadores, navegando por intrincadas
composiciones y comprometiéndose con el simbolismo que encierran. Sus obras
desafían los modos convencionales de percepción e instan al público a
cuestionar los límites del ojo y la mente humanos.
La filosofía de Rivismo trasciende la
estética. Encarna una fusión de precisión ingenieril, curiosidad científica e
imaginación artística. Cada pieza es un testimonio del metódico proceso de
Rivas y de su deseo de evocar respuestas emocionales e intelectuales. Para
Rivas, el arte no es un mero espectáculo visual, sino un espacio de diálogo en
el que espectadores y creadores convergen para explorar verdades más profundas
sobre la existencia, el tiempo y la percepción.

La obra de Rivas es un rico tapiz de
complejidad visual y conceptual. Cada pieza cuenta una historia, a menudo
entrelazando elementos de la historia, la ciencia y la cultura. Tomemos, por
ejemplo, «Meta-stable Composition on
Unicellular Foundations» (2023). Esta obra ejemplifica la capacidad de
Rivas para fusionar lo microscópico con lo cósmico, presentando una surrealista
interacción de formas biológicas y arquitectónicas. Las densas capas de
material y la meticulosa atención al detalle arrastran al espectador a una
exploración meditativa de las estructuras fundacionales de la vida.
Del mismo modo, «El Arte entre la Catapulta y la Relatividad: Da Vinci & Einstein»
(2022) es una magistral yuxtaposición de paradigmas históricos y científicos.
Al situar figuras icónicas del ingenio en un marco contemporáneo de otro mundo,
Rivas rinde homenaje a la innovación humana al tiempo que insta al espectador a
reflexionar sobre la interacción entre pasado y futuro. La inclusión de
intrincadas cuadrículas geométricas y la tensión entre linealidad y fluidez
ponen de relieve su formación en ingeniería y su profundidad filosófica.
En «Liberación:
Homenaje a Van Gogh» (2024), Rivas rinde homenaje a una de las figuras más
icónicas de la historia del arte. Las texturas arremolinadas y la vibrante
paleta de colores evocan el expresivo estilo de Van Gogh, pero Rivas infunde a
la obra su característica multidimensionalidad. Esta obra es un conmovedor
recordatorio del poder transformador del arte y de su capacidad para tender
puentes entre lo emocional y lo universal.
«Exposición
sobre el Universo con Drones de Arte» (2023) es una sorprendente exploración de la
tecnología moderna y sus implicaciones para la creatividad. La incorporación de
drones, imágenes cósmicas y paisajes surrealistas subraya la visión de futuro
de Rivas. Aquí, el artista difumina los límites entre lo orgánico y lo
mecánico, creando un diálogo sobre el papel de la humanidad a la hora de
modelar y ser modelada por el progreso tecnológico.«Nest
of Experiential Faces» (Nido de rostros
experienciales, 2023) personifica la capacidad de Rivas para dotar a los
objetos de cualidades humanísticas. La intrincada interacción de formas
faciales y patrones geométricos de la obra habla de temas de identidad,
comunidad e interconexión. Es una sinfonía visual que resuena tanto a nivel
personal como universal.
La destreza técnica de Rivas es innegable. Su
capacidad para integrar a la perfección diversos soportes en composiciones
cohesionadas a gran escala demuestra su dominio de la forma y el material. Sus
obras no son estáticas, sino que palpitan con energía, invitando al espectador
a experimentarlas como paisajes dinámicos en constante evolución:
El uso de técnicas mixtas permite a Rivas
experimentar con la textura, la profundidad y la luz, creando obras que son a
la vez táctiles y visualmente cautivadoras. En «Cara con Mirada esférica» (2024), por ejemplo, la interacción de
retículas metálicas y fondos etéreos crea una sorprendente tensión entre
solidez y trascendencia. Los elementos esféricos actúan como portales que
atraen al espectador a un reino onírico en el que la percepción se redefine
constantemente.
Las aportaciones de Rivas al arte
contemporáneo son tan singulares como profundas. Sus obras se han expuesto en
prestigiosos lugares de todo el mundo, desde España hasta Corea del Sur,
Dinamarca y Estados Unidos. La amplitud de su reconocimiento internacional
subraya el atractivo universal de su arte. Museos, colecciones privadas y
ferias de arte han celebrado su visión innovadora, consolidando su lugar como
pionero en la comunidad artística mundial.
Lo que distingue a Rivas es su capacidad para
sintetizar diversas influencias -desde la naturaleza multidisciplinar de su
formación profesional hasta el rico patrimonio cultural de su tierra natal- en
un lenguaje artístico coherente y revolucionario. El Rivismo no es sólo un
estilo; es un movimiento que desafía los paradigmas tradicionales y abre nuevas
vías de exploración artística.
El arte de Rivas es una llamada a la acción
tanto para los creadores como para el público. Nos reta a ver el mundo de otra
manera, a abrazar la complejidad y a comprometernos con el arte como
participantes activos. El legado de Rivismo reside en su capacidad de inspirar
y transformar, dejando una huella indeleble en el paisaje cultural.
Ramón Rivas es una auténtica luminaria en el
mundo del arte contemporáneo. Su visión única, su dominio técnico y su
profundidad filosófica lo convierten en un faro de creatividad e innovación. A
través de su obra pionera, Rivas nos recuerda que el arte no es un mero reflejo
del mundo, sino una fuerza transformadora que da forma a nuestra comprensión
del mismo. Su dedicación a la innovación y su capacidad para tender puentes
entre disciplinas lo sitúan no sólo como un maestro de su oficio, sino también
como un visionario cuyo impacto resonará mucho más allá de los confines del arte
contemporáneo. Mientras Rivas continúa forjando nuevos caminos, invita al mundo
del arte y a su público a unirse a él en un viaje de descubrimiento, asegurando
su lugar entre los grandes de la expresión artística moderna.
Por Marta Puig
Editora de Contemporary Art Curator Magazine
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Rivismo
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